Seria muy fácil ir y comprarlos en el supermercado, pero y la satisfacción de saber que están hechos con tus propias manos, y con todo el cariño.
Cuando llegan mis nietos a casa y les digo..... venga que los ha hecho la yaya llevaros unos cuantos.
La verdad es que me siento muy dichosa con ello.
Bueno vamos manos la obra, que hay trabajo por hacer.
Ingredientes:
Para la masa madre:
100 gr de harina de fuerza.
100 ml de agua.
10 gr de levadura fresca.
1/2 cucharadita de azúcar.
Para la masa:
150 ml de leche.
150 ml de agua.
50 ml de aceite.
1/2 cucharadita de azúcar.
1 cucharadita de azúcar invertido o miel.
550gr de harina de fuerza.
Preparación:
Para la masa madre:
Templar un poco el agua y añadirle la levadura, sal y por ultimo la harina. Mezclar todo muy bien y dejar reposar una hora aproximada mente bien tapada con un paño de cocina.
Para la masa:
Añadir los ingredientes restantes a la masa madre y amasar bien sobre una superficie lisa.
poner la masa en un bol y guardar bien tapada sobre una hora o hasta que haya doblado de volumen.
Una vez pasado el tiempo, poner en una superficie enharinada y amasar un poco para que suene el aire.
Poner un papel de hornear en la bandeja del horno y hacer pequeñas bolitas. Ponerle harina por encima y tapar con otro papel de horno.
Dejar reposar una hora mas y después apretar un poco con la palma de la mano, meter en el horno precalentado a 200 grados de 7 á 8 minutos.
Sacar y tapar con un paño de cocina para mantenerlos blanditos.
La verdad es que con un buen aceite de oliva, están espectaculares.
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